16 octubre, 2017

Fin de etapa con 20 despidos en el Patrimonio Olivarero

El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en el Patrimonio Comunal Olivarero ha terminado. Deja 20 despidos, 5 traslados y un “olor” a que algunos de sus almacenes se van a poner a la venta. Al menos, es lo que piensan los miembros de la Comisión de Seguimiento. El pasado 9 de octubre se firmó el fin del ajuste laboral. En cambio, los representantes de los trabajadores afirman que, cuando pensaban que solo acudirían a estampar la rúbrica, se encontraron una nueva sorpresa. Un trabajador de Beas de Segura se topó con la carta de despido y el finiquito.
Por eso, empleados de la red de almacenamiento han comenzado una campaña de firmas para pedir a la dirección el “indulto” de este trabajador. Parece difícil que llegue, pero dicen que lo van a pelear. Mientras tanto, empleados y extrabajadores no dudan en asegurar que muchas de las instalaciones se van a vender. Los patronos consultados por Diario JAÉN señalan que esto no está decidido, pero sí que coinciden a la hora de recalcar que el precio del almacenamiento es alto y que muchos prefieren utilizar sus bodegas o, incluso, otras instalaciones antes de acudir a los servicios del Patrimonio Comunal Olivarero, por lo que dejan claro que una reestructuración se hace indispensable para garantizar la supervivencia.
Ahora, quedan 24 asalariados en la red de depósitos y 9 en las oficinas. En cambio, las perspectivas que pinta la Comisión de Seguimiento no son muy halagüeñas. Con vistas a la próxima campaña olivarera, solo el almacén de Espeluy permanecerá abierto para meter aceite de oliva. El de Linares está cerrado, mientras que el de Beas de Segura y el de Martos se han quedado con solo una persona de vigilancia dentro de una calificación que se denomina “reserva”, es decir, todo el aceite tiene que ir a Espeluy y, si se llenara, se abriría alguno de estos centros.
Si se mira fuera, los almacenes de Puente Genil y Montoro también admiten zumo de aceituna, mientras que el de Lucena y Baena han quedado fuera de la red y solo se abrirán si hace falta. Atarfe y Marchena también recibirán producto, mientras que los de Villafranca de Badajoz, Pinto y Antequera han quedado en una situación muy parecida al de Linares, Beas de Segura y Martos, es decir, fuera del día a día de la propia red de almacenamiento.
Almacenaje. Patronos consultados afirman que la estructura del Patrimonio Comunal Olivarero necesita cambios. Por un lado, se trata de una fundación que tiene una marcha diferente. Cuando tiene beneficios derivados de su actividad, tiene que destinarlos a la promoción y a la investigación relacionada con el aceite de oliva. En cambio, cuando no se usa su red de almacenaje, tiene que asumir las pérdidas —no le valen los beneficios de otros años porque se gastan—. Por el momento, no se ha planteado oficialmente la venta de algunos de los almacenes, pero a nadie escapa que podría ser una solución. De hecho, extraoficialmente sí que se insiste en que la venta de los almacenes más pequeños o los menos usados pueden servir para conseguir fondos destinados a la modernización de los que existen. No obstante, la “factura” social es grande, que se muestra en 20 personas que han perdido su puesto de trabajo. Afortunadamente, los que se han quedado se han “salvado”, ya que el 9 de octubre se selló el fin del Expediente de Regulación de Empleo (ERE). Ahora queda por ver cuáles serán los siguientes pasos.
fuente:diariojaen.es

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